La filosofía
de la historia no debe confundirse ni con la historiología, ni con la
historiografía, de los que se separa claramente. La filosofía de la historia es la rama de la filosofía que
concierne al significado de la historia humana, si es que lo tiene. En su
origen especuló si era posible un finteleológico de su
desarrollo, o sea, se pregunta si hay un diseño, propósito, principio director
o finalidad en el proceso de la historia humana. En la acutalidad se discute
más sobre la función del conocimiento histórico dentro del conocimiento y las
implicaciones del mismo. También se ha discutido sobre si el objeto de la
historia debe ser una vedad histórica, el deber ser, o si la
historia es en algún sentido es cíclica o lineal y el devenir histórico se
aparta indefinidamente del punto de partida. También se ha discutido si es
posible hablar de la idea de progreso positivo
en ella.
Fines y justificación de la historia
Tampoco
deben confundirse los supuestos fines teleológicos del hombre en la historia
con los fines de la historia es decir, la justificación de la
propia historia como memoria de la humanidad. Si la historia es una ciencia
social y humana, no puede abstraerse del porqué se encarga de estudiar los
procesos sociales: explicar los hechos y eventos del pasado, sea por el conocimiento
mismo, sea por que nos ayudan a comprender el presente: Cicerón bautizó
a la historia como maestra de la vida,20 y como
él Cervantes, que
también la llamó madre de la verdad.21 Benedetto Croce remarcó la fuerte implicación
del pasado en el presente con su toda historia es historia contemporáea.
La historia, al estudiar los hechos y procesos del pasado humano, es un útil
para la comprensión del presente y plantear posibilidades para el futuro.22 Salustio llegó
a decir que entre las distintas ocupaciones que se ejercitan con el
ingenio, el recuerdo de los hechos del pasado ocupa un lugar destacado por su
gran utilidad.23Un tópico
muy difundido (atribuido a Jorge Santayana) advierte
que los pueblos que no conocen su historia están condenados a repetirla,24aunque otro
tópico (atribuido a Carlos Marx) indique a
su vez que cuando se repite lo hace una vez como tragedia y la segunda
como farsa.25
La radical
importancia de ello se basa en que la historia, como la medicina, es una de
las ciencias en que el sujeto investigador coincide con el objeto a estudiar.
De ahí la gran responsabilidad del historiador: la
historia tiene una proyección al futuro por su
potencia transformadora como herramienta de cambio social; y a los
profesionales que la manejan, los historiadores, les es aplicable lo que Marx
dijo de los filósofos (hasta ahora se han encargado de interpretar el mundo
y de lo que se trata es de transformarlo).26 No
obstante, desde otra perspectiva se pretende unainvestigación desinteresada para
la objetividad en la ciencia histórica.27
Tiempo histórico
El tiempo histórico es un concepto que puede referirse a
distintos conceptos, en el ámbito historiográfico y en psicología.
Historiografía: el sujeto histórico y la causa en la historia
En historiografía el
concepto se utiliza de distintas formas, entre otras causas, por las diferentes
concepciones de quién es el protagonista de la Historia (el sujeto histórico).
Para la interpretación providencialista, el tiempo histórico es un
paréntesis en la eternidad, origen y destino del hombre.
Si el hombre es el
verdadero protagonista de la historia, la escala temporal de la vida humana
pasa a ser la decisiva, pero puede ser superada por la duración de las instituciones,
que la superan.
La determinación de la causa de los hechos históricos puede reducirse a una explicación determinista y monocausal o hacerse más compleja (multicausal y relativista), lo que suele responder a un mayor
grado de acercamiento a la realidad, aunque dificulta la construcción del modelo explicativo (y si se convierte en
demasiado compleja termina siendo poco o nada útil -como lo sería un mapa que
reprodujera a escala 1:1 el territorio cartografiado, con lo que coincidiría en
extensión con él-). Está por ver si la complejidad de
los sistemas históricos será reducible a cuantificación,
como en última instancia es la pretensión de la historia cuantitativa,
mediante herramientas interpretativas sofisticadas (futuros avances de la informática o
la teoría del caos).
La terminología usual
(sobre todo en la historia económica y
social y para el
estudio de las causas de revoluciones y revueltas) distingue causas lejanas, profundas o estructurales (las económicas y sociales) y causas próximas o desencadenantes (los fenómenos más evidentes, de
naturaleza política, evenemencial o incluso azarosa).
Otra terminología utiliza, con parecido sentido, los términos precondiciones y precipitantes.1
Los tres niveles de Fernand Braudel
Desde una concepción
influida por el estructuralismo y el materialismo histórico,
la escuela de los Annales y en especial Fernand Braudel construyeron
una compleja articulación del concepto de tiempo histórico en su metodología de
investigación y planteamiento de las conclusiones. Se considera un ejemplo
clásico La Méditerranée et le
Monde Méditerranéen a l'époque de Philippe II (El Mediterráneo y el Mundo
Mediterráneo en la época de Felipe II). Habría tres niveles de tiempo
histórico:
·
el acontecimiento (considerado
como la espuma de la historia,
lo más visible pero lo menos significativo, y que habría sido el enfoque
temporal más habitual).